El ‘invierno’ turístico se perpetúa en Álava
Álava ha visto pasar su particular oasis turístico en medio de un silencio descorazonador. La Semana Santa, que siempre provoca un repunte casi infalible en la tendencia de visitas al territorio tras el invierno, ha acentuado aún más el vacío cotidiano que han registrado sus principales reclamos durante el confinamiento a causa de la crisis del coronavirus. La afluencia de turistas sobre todo nacionales a la capital, a Rioja Alavesa y al Valle Salado, por citar algunos de los puntos más concurridos en esta época del año, concedía hasta ahora un respiro casi seguro al sector. Lo más inquietante, sin embargo, no es el silencio de las calles y las bodegas vacías, sino la incertidumbre que se presenta en un invierno turístico que se ha perpetuado de forma repentina.
A pesar de que la estampa desértica que se encuentra hoy cualquier vitoriano que realiza una de sus escapadas exprés a por el pan, el periódico o una copiosa compra se ha vuelto ya cotidiana, tiene un preocupante trasfondo económico y social en estas fechas, en las que el turismo alavés repuntaba con cierta energía antes del impulso del verano. En este periodo, de hecho, Álava ofreció el pasado año algo más de . camas en hoteles, alojamientos rurales y apartamentos turísticos, que en muchos establecimientos «rozaba el » de ocupación. Es más, durante la Semana Santa de , el territorio registró . entradas, con lo que colmó gran parte de su oferta.
La tendencia del turismo en los últimos años, además, anticipaba una gran campaña para los diferentes sectores del territorio. El crecimiento registrado el pasado año, de hecho, fue del ,% con respecto a . Y, como resulta obvio, el crecimiento de visitas y reservas provoca su propio impacto en el mercado laboral. Casi personas trabajan de forma directa en hoteles, apartamentos y agroturismos durante el principal puente festivo del calendario, a los que hay que sumar los refuerzos en bares, restaurantes y lugares de interés, hoy vacíos.
El contraste actual de las calles es solo comparable al goteo de cancelaciones que han sufrido los establecimientos, también las bodegas. Las localidades de Rioja Alavesa, de hecho, aumentan su actividad al máximo durante la Semana Santa. Es entonces cuando las bodegas conciertan más visitas y packs, incluida la semana previa al puente festivo. En la Ruta del Vino, de hecho, en el periodo equivalente a estos días se celebraron . visitas, que suponen el % del total de . A esta cifra deben sumarse, además, otras bodegas importantes ajenas al itinerario, como Marqués de Riscal, en Elciego.
Las preocupaciones del sector, sin embargo, no se ciñen solo a superar el histórico contratiempo que ha supuesto la crisis de Covid-, sino que miran a la compleja recuperación que les espera. Juan Félix Fernández, director del Villa de Laguardia, invita a «reflexionar» sobre la forma de trabajar, para «transmitir más seguridad y confianza a los clientes» ante el posible recelo que puedan sentir a las visitas y las aglomeraciones tras la pandemia. «Habrá más miedo y menos dinero», coincide Juanma Lavín, responsable del centro temático Villa Lucía.